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sábado, 24 de septiembre de 2011

ENCONTRARON LOS RESTOS DE HUGO JULIÁN LUNA


Comunicado de Prensa
ENCONTRARON LOS RESTOS DE HUGO JULIÁN LUNA

Este mes, en el cementerio de Gral. Lavalle en el Partido de la Costa, fueron encontrados los restos del militante del PRT-ERP Hugo Julián Luna, por el Equipo de Antropología Forense (EAF). El 17 de junio de 1978 las fuerzas represivas del sistema capitalista lo secuestraban en el Partido de Quilmes, permaneciendo en condición de desparecido por más de 33 años.
Este sábado 24 de septiembre, sus restos se sepultarán en Jujuy.
El martes 27 de septiembre, su compañera y esposa Susi Paz encabezará una conferencia de prensa y posteriormente un acto en la sede de la CTA Quilmeña, a las 11 hs. en Pellegrini 618.

“Para mis compañeros muertos no clamo venganza. Como sus vidas no tenían precio, no podrían pagarlas con las suyas todos los criminales juntos. No es con sangre como pueden pagarse las vidas de los jóvenes que mueren por el bien de un pueblo; la felicidad de ese pueblo es el único precio digno que puede pagarse por ellas.” (Fidel Castro, La Historia me Absolverá)

Bajo el grito de guerra “¡A vencer o morir por la Argentina!”, miles de cuadros, militantes y guerrilleros del PRT-ERP, tuvieron la grandeza de luchar y morir heroicamente por sus ideales, por la revolución y por el socialismo. Ellos desafiaron la muerte, como lo hace todo revolucionario consecuente, para vivir por siempre.

Esta semana las almas de los 5.000 héroes del PRT-ERP caídos en combate y detenidos desaparecidos nos hablaron a través de la voz de Hugo Julián Luna. Una vez más el corazón nos latió fuertemente, al recibir la noticia de la aparición de los restos de quien fuera el compañero y esposo de Susi del Valle Paz, actual Secretaria General del MTR Santucho y Secretaria General Adjunta de la CTA de Quilmes. Un latido lleno de amor y con tanta fuerza semejante al último tableteo de ametralladoras del ERP al atacar heroicamente el Batallón de Arsenales “Domingo Viejobueno” o al ingreso a la inmortalidad de nuestro Comandante Mario Roberto Santucho en Villa Martelli frente a sus verdugos del Ejército Opresor.

Es que este reencuentro, más allá de toda frase, nos llenó de lágrimas los ojos, en poses llenas de dureza y de ternura. Pero no de esas que tiran para atrás, sino de aquellas que dan fuerza para seguir la pelea y completar la obra que nos dejaron inconclusa nuestros revolucionarios y revolucionarias.

En muchos hombres y mujeres de este pueblo los golpes sufridos durante la Dictadura genocida calaron hondo en el alma, y ya no se atreven, creen que no se puede, piensan que es inconcebible pensar en su lucha y nombrarla. Sin embargo, hombres íntegros como Hugo Julián Luna, nos enseñan que lo inconcebible es que haya hombres, mujeres y niños que se acuesten a dormir con hambre, y que tantos otros vivan una vida de atropellos e indignidad, tan común en esta Argentina. Pero el amor, ese amor rebelde que guió a hombres como Hugo, no puede enterrarse en ningún cementerio, no puede matarse en ninguna sala de torturas, no puede detenerse ni olvidarse con el paso de la historia, y mucho menos puede empequeñecerse o diluirse por apetencias personales. Ya lo anunciaba el Comandante Mario Roberto Santucho en sus palabras en marzo de 1976: “Es una tarea grandiosa que nos honrará y purificará, que despenará y activará las mejores virtudes, que hará surgir de nuestro pueblo miles y miles de héroes. ¡El espíritu del Che, del Negrito Fernández, de los heroicos compañeros que cayeron en la lucha se multiplicará por miles en las filas populares! Respondiendo con honor y vigor al desafío de la hora, uniéndonos y organizándonos para la resistencia y la victoria conquistaremos para nuestros hijos el nuevo mundo socialista de felicidad colectiva. Nadie podrá decir el día de mañana que los argentinos no supimos cumplir nuestros deberes de patriotas y revolucionarios. Las nuevas generaciones, por cuya felicidad daremos todo de nosotros, recordarán con orgullo a sus mayores, como nosotros recordamos a los patriotas que fundaron la nacionalidad.” Claramente, nuestro Comandante no se equivocó. Sentimos orgullo por nuestros mayores, y esa enorme responsabilidad que dejaron en nuestros hombros será dignamente cumplida, aunque las lágrimas nos empañen los ojos.

Hugo Julián Luna es de esos hermanos de la clase trabajadora que asumió el deber, como lo concibió el apóstol José Martí: "…el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber; y ese es el único hombre práctico, cuyo sueño de hoy será la ley de mañana, porque el que haya puesto los ojos en las entrañas universales y visto hervir los pueblos, llameantes y ensangrentados, en la artesa de los siglos, sabe que el porvenir, sin una sola excepción, está del lado del deber". Ese deber asumido es el ejemplo inmortal que dejó Hugo Julián Luna en el corazón de los pueblos.

Hugo Julián Luna, tu bandera revolucionaria será victoria y socialismo. Ayer, hoy y mañana:
¡A VENCER O MORIR POR LA ARGENTINA!

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